Los neumáticos y la seguridad vial van de la mano. Este elemento es uno de los más importantes para circular en carretera. Al fin y al cabo, se trata del único que está en contacto con el asfalto, por lo que deben estar en el mejor estado posible. Pero ¿sabes identificar cuándo han sufrido daños? Descúbrelo a continuación.
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Importancia de los neumáticos en tu seguridad vial
Existen varios elementos fundamentales en un coche. Los frenos, los amortiguadores y los neumáticos conforman un trío clave para tu seguridad. De entre todos, el último de ellos es el de mayor importancia. Esto se debe a que reduce el riesgo de sufrir un accidente cuando se encuentran en buen estado. De hecho, los neumáticos te ayudan a mantener un control adecuado del vehículo en cualquier situación.
Para evitar problemas, es recomendable que los revises una vez al mes. Así, constatas que no presentan daños. Con un examen ocular basta en la mayoría de casos, pero puedes ir más lejos. Comprueba la presión y la profundidad del dibujo. Ambos factores son básicos, ya que afectan al comportamiento de las ruedas.
Un neumático sin la presión adecuada pierde eficacia. En este sentido, tiene que permanecer dentro de los márgenes que indica el fabricante, pues son los óptimos. Si es muy baja, el agarre se verá afectado; pero, en caso de ser mayor, podrías sufrir un reventón.
En cuanto a la profundidad del dibujo, ha de ser de, al menos, 1,6 milímetros. Esta parte del neumático es la que proporciona un buen agarre tanto en seco como en mojado, por lo que, si estuviera dañada, perderías control sobre el coche. Además, procura que sea el dibujo adecuado para el tipo de terreno en el que circules. Tendrás serios problemas si, por ejemplo, montas ruedas lisas en una carretera nevada.
¿Cómo saber si debes cambiar tus neumáticos?
El cambio de ruedas no depende de un único factor. Has de tener en cuenta aspectos como el kilometraje o el desgaste del dibujo. Por eso es tan importante que revises mes a mes la forma de los neumáticos. Su estado es el mejor indicador, ya que te informa de posibles daños. En cualquier caso, presta atención a los siguientes factores.
Síntomas de deterioro
El deterioro de los neumáticos es inevitable, como el del propio coche. Tarde o temprano dejarán de cumplir con eficacia su función. Sin embargo, es básico que no lleguen a este punto. Fíjate en las anormalidades del desgaste. Por ejemplo, que no exista una asimetría en diversas partes. Quizás un eje está más afectado que el otro, lo cual es un síntoma muy a tener en cuenta.
Otro aspecto que has de revisar es el desgaste de la banda de rodadura. Esta es la parte que rodea la carcasa del neumático y que le provee de adherencia. Como te imaginarás, si presenta algún daño, tendrás que cambiar la rueda. De otro modo, te expones a un riesgo alto de perder el control del coche. Su estado también afecta a la maniobrabilidad en carretera.
El desgaste del dibujo
El dibujo del neumático es un factor que potencia la adherencia. Como te hemos comentado en el apartado anterior, su profundidad tiene que ser de 1,6 milímetros. Si baja de dicha cifra, acabará por verse el testigo de la banda de rodadura. En términos generales, lo normal es que tarden unos 40 000 kilómetros en alcanzar este punto.
Pero ¿cómo puedes comprobar la profundidad? Para no equivocarte, el truco de la moneda te resultará muy útil. Consiste en colocar un euro en el dibujo del neumático y revisar qué parte ves. Si es la dorada, es decir, la exterior, ha llegado el momento de cambiar la rueda. Además de esto, verifica que el desgaste sea homogéneo.
El kilometraje
Es un factor que depende de la calidad de los neumáticos que estés usando en tu vehículo. Los de peor gama suelen ofrecer una vida útil de unos 10 000 kilómetros, mientras que los de alta alcanzan hasta los 50 000. Sin embargo, la duración también se ve afectada por el tipo de conducción: los acelerones constantes y frenazos van a provocar un desgaste prematuro.
Por tanto, respeta las indicaciones del fabricante. En ellas encontrarás información sobre la composición del neumático y su durabilidad. Además, procura efectuar una conducción sosegada. De esta forma, cuidarás las ruedas y alargarás su vida útil.
Presencia de daños
Pese a que tu conducción sea impecable, el neumático puede sufrir ciertos daños (cortes, grietas, perforaciones…). Su presencia debe ser suficiente para cambiar las ruedas, ya que provocará un pinchazo. Quizás no se produzca de manera instantánea, pero es cuestión de tiempo. En la mayoría de casos, saltará a la vista que se ha producido uno de los desperfectos mencionados.
Son consecuencia de un firme en mal estado o de un golpe fortuito contra un bordillo, por ejemplo. Podrías llegar a pisar una piedra puntiaguda y que esta perforara el neumático. Al ser daños imprevisibles, la recomendación de revisar la rueda una vez al mes es fundamental. Así, puedes actuar con suficiente anticipación para evitar cualquier problema en la carretera.
Fecha de fabricación de los neumáticos nuevos
Pese a que tus neumáticos nuevos no tienen fecha de caducidad, la de fabricación es importante. Recuerda que no es recomendable utilizar los que tengan más de diez años. Con el tiempo, sus componentes se van degradando y cristalizan. Como consecuencia, la rueda se vuelve frágil y empiezan a aparecer grietas. Evidentemente, condiciones como estas no potencian tu seguridad, sino que la limitan.
Por lo tanto, la fecha de fabricación te permite calcular la edad del neumático. En caso de superar la década, nuestra recomendación es no adquirirlos. Puede que gastes un poco más de dinero en otros, pero ganarás en seguridad.
Ahora ya conoces la estrecha relación que existe entre neumáticos y seguridad vial. Cambiarlos a tiempo es clave para no tener ningún percance. Sin embargo, si tu coche sufre daños, ten en cuenta nuestros servicios. Tasamos tu vehículo y estudiamos cada caso en detalle. ¡Contáctanos ya!