Ahorrar combustible al conducir no es un capricho. Por un lado, las señales de deterioro en el medioambiente son cada vez más evidentes. Por otro, la inflación está consiguiendo que los precios de la gasolina y el diésel marquen récords históricos día tras día.
Esto ha llevado a que cada vez más coches cuenten con motores pequeños y pocos cilindros. Por su parte, la evolución de los sistemas de combustión ha conseguido un ahorro en el gasto que era impensable hace poco tiempo. Sin embargo, hay otras muchas cosas que puedes hacer para reducir las cifras de consumo de tu vehículo. A continuación, te hablaremos de ellas.
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Algunos consejos útiles para ahorrar combustible
Existen muchas recomendaciones muy fáciles de aplicar que te permitirán evitar bastante gasto de carburante. Si las aplicas, además, incrementarán tu seguridad al volante, la de quienes te acompañan y la del resto de usuarios de la vía.
Planifica tu viaje
Este es el único modo de llegar a tu destino de la forma más rápida, sencilla y económica. Sin duda, tu navegador GPS puede serte de gran ayuda al respecto. Por ejemplo, indicándote en qué tramos de carretera hay retenciones y ofreciéndote caminos alternativos.
Apaga y vuelve a encender el motor
Si vas a estar parado más de 10 segundos, te compensa apagar el motor y volverlo a encender. Esta cifra puede variar entre un modelo y otro. A pesar de esto, los vehículos al ralentí suelen consumir en ese tiempo el mismo combustible que para el arranque. Este es el motivo por el que casi todos los modelos nuevos que se fabrican tienen sistemas Start&Stop.
No conduzcas en punto muerto
Muchos conductores creen que, en punto muerto, su coche no gasta carburante. Sin embargo, están equivocados. De media, gastan entre 0,5 y 0,7 litros a la hora. Por ello, nunca debes pisar el embrague y desengranar la marcha hasta detenerte por completo. Gracias a la inercia, mientras no pises el acelerador, el gasto será prácticamente nulo.
Lleva solo lo necesario en el maletero
El maletero de tu coche no es un trastero. Piensa que, por cada 100 kg de peso extra, el consumo puede elevarse entre un 5 % y un 10 % cada 100 kilómetros. Además, cuanto más cargado vaya el vehículo, más presión necesitarán los neumáticos para ser eficientes.
Sigue las indicaciones del fabricante en cuanto a la presión de los neumáticos
Seguramente hayas oído hablar de que unas ruedas con una presión superior a la indicada por el fabricante ayudan a reducir el gasto de combustible. Es cierto, pero no debes hacerlo. La primera razón es que acabarás deformándolos. La segunda y más relevante es que reducirás la superficie de contacto con el asfalto y, por ende, comprometerás tu seguridad.
Tampoco debes llevarlos por debajo de lo especificado por el fabricante. 0,5 bares de presión menos de lo indicado puede suponer un gasto adicional de entre un 2 % y un 4 %. Sin duda, un buen motivo para revisarla, al menos, una vez al mes o siempre que vayas a hacer un viaje largo.
Evita acelerones
Ten en cuenta que, cuanto más pises el acelerador, más se revolucionará el motor y más gasolina o diésel gastará tu coche. Esto es especialmente importante en primera, una marcha que solo sirve para sacar el vehículo de punto muerto.
Ventilar el coche para ahorrar combustible
Vamos a describir una situación que seguro que te resulta familiar: has dejado tu coche en la calle y le está dando el sol de lleno. Abres la puerta del conductor y, de repente, te golpea una bocanada de aire caliente. La sensación térmica en el interior es insoportable y tu primer impulso es arrancar el vehículo y encender climatizador. Sin duda, un grave error si lo que quieres es ahorrar combustible.
El motivo es simple. El sistema de aire acondicionado del coche utiliza la energía del motor de combustión para funcionar, por lo que eleva el gasto de gasolina o diésel. Evidentemente, cuanto más alta sea la temperatura del interior del coche, más cantidad necesitará para enfriarlo.
Prácticas para reducir el consumo
Una buena ayuda es usar parasoles en la luna delantera. Además, este accesorio preservará el buen estado del salpicadero.
Otra todavía más interesante es ventilar el coche. Hazlo del siguiente modo:
- Abre la puerta del conductor y pon el contacto.
- Baja todas las ventanillas.
- Si vas acompañado, mueve las puertas hacia afuera y hacia adentro para ayudar a que salga el aire caliente.
- Si puedes, pon el vehículo a la sombra durante unos minutos para acelerar el proceso.
Ahora bien, si vas a circular en ciudad y quieres optimizar el consumo de carburante, no enciendas el aire acondicionado o climatizador. Opta por circular con las ventanillas bajadas para que el coche se ventile.
Es cierto que el aire que entra en el habitáculo genera una resistencia adicional que aumenta el consumo de combustible. Sin embargo, ese gasto extra no alcanza el de los sistemas de climatización hasta que no se circula a más de 80-90 kilómetros por hora. Por lo tanto, salvo en casos excepcionales, trata de limitar su uso en entornos urbanos.
Por otro lado, es posible que no sepas usar bien el climatizador de tu coche. Muchos usuarios lo ponen a funcionar a pleno rendimiento pensando que, de este modo, van a alcanzar rápido la temperatura de confort. Pero no tiene por qué ser así. Se estima que, por debajo de 23 ºC, se está produciendo un gasto de diésel o gasolina innecesario.
Además, una vez alcanzada esa cifra, la mayoría de climatizadores permiten intercalar la entrada de aire del exterior con el refrigerado. Se debe activar manualmente y reduce notablemente el gasto de gasolina o diésel.
En definitiva, ventilar el coche antes de arrancarlo es clave para ahorrar combustible. De hecho, aunque las tengas un poco olvidadas, las ventanillas están para utilizarlas. Gracias a ellas, rebajarás bastantes grados la temperatura del interior del vehículo sin la necesidad de poner el aire acondicionado a pleno rendimiento. No obstante, si ya ha llegado el momento de cambiar tu vehículo por uno más eficiente, no te preocupes. Nosotros compraremos tu coche al mejor precio. ¡Obtén tu tasación!