En la actualidad, el cambio automático y el manual coexisten en el mercado automovilístico. Aunque cada vez se venden más modelos de los primeros, muchos conductores se sienten más cómodos con los tradicionales. ¿Lo analizamos juntos?
Tabla de contenidos
Cambio automático y manual: ¿en qué consisten?
La caja de cambios permite que cada coche adapte su comportamiento de velocidad y potencia a cada situación. Por lo tanto, es determinante en su funcionamiento, pues condiciona la conducción.
En esencia, como bien sabes, el cambio de marchas se concreta en una palanca que posibilita la elección de cada una de ellas. Ahora bien, la dirección automática y la dirección manual difieren en cómo se activa esa palanca.
Cambio manual
El conductor ha de pisar el pedal del embrague para desacoplarlo y, a su vez, desplazar la palanca de marchas hasta la posición deseada. Antes de hacerlo, decide el momento correcto para llevar a cabo esta acción.
Cambio automático
La inteligencia artificial del automóvil es la que se encarga de progresar las marchas. Decide en qué momento efectuar los cambios y realiza cada acción autónomamente.
Sin embargo, la intervención humana también es necesaria para concretar las posiciones de partida. Las opciones existentes son:
- D (Drive). Para conducir y avanzar en el sentido de la circulación.
- R (Reverse). Marcha atrás.
- N (Neutral). Vendría a ser el punto muerto de toda la vida.
- P (Parking). Cuando el coche permanece detenido.
Principales diferencias entre ambos
Si consideras la importancia de las marchas en la conducción, comprenderás con facilidad que esta diferencia tecnológica influye notablemente en el manejo. Supone, en realidad, un cambio de paradigma para el piloto.
Su papel se vuelve más pasivo, ya que cede el principal protagonismo a su automóvil en la adopción y la ejecución del cambio de marchas. Esto exige reaprender a conducir estos vehículos y adoptar una actitud acorde con la nueva realidad.
Una de las consecuencias derivadas es la posibilidad de confundirse entre los pedales. Al pasar de tres a dos, los automatismos de pisada han de ser actualizados.
La seguridad del cambio automático es, por otra parte, muy elevada. Los accidentes relacionados con él han sido siempre la consecuencia de errores humanos en su empleo.
¿Qué ventajas tiene el cambio automático?
Esta innovación tecnológica se está consolidando por sus innegables beneficios. Entre las ventajas del cambio automático, destacamos las siguientes:
- Mayor sencillez al conducir. Llevar estos coches es mucho más fácil, especialmente, porque no has de estar pendiente del embrague, que ha desaparecido. Sin duda, cuando se aprende a conducir un coche desde cero, los automáticos simplifican enormemente el proceso.
- Evolución tecnológica. Supone un avance cierto en el desarrollo técnico del sector automovilístico y no conviene dar la espalda a las innovaciones.
- Mayor vida útil. El motor se autoprotege y sufre mucho menos desgaste. En primer lugar, porque realiza sus cambios siempre cuándo y cómo se debe. En segundo, porque se libera de los usos y malos hábitos personales de los conductores.
- Confort y tranquilidad. Sobre todo en ciudad, donde tienes que parar y arrancar constantemente, conducirás más relajado.
- Aumento de la seguridad vial. Al no tener que estar pendiente del embrague y la palanca de cambios, concentrarás más tu atención en el resto de acciones de la conducción. En consecuencia, tus trayectos serán más seguros.
- Incremento de la eficiencia. Los modelos automáticos de cajas de marchas incluyen el llamado modo vela. Este mecanismo permite aprovechar la inercia del automóvil para desconectar el motor, ahorrar combustible y reducir emisiones.
¿Y qué te ofrece el cambio manual?
El sistema manual, asimismo, presenta algunas ventajas frente a la dirección automática. Varios de estos aspectos derivan de fortalezas del método tradicional que la tecnología todavía no ha conseguido igualar. En su mayor parte, terminarán siendo eliminados en un futuro próximo.
Los principales rasgos positivos del cambio manual son:
- Menos revisiones preventivas. Los coches automáticos requieren la realización de chequeos más exhaustivos y constantes.
- Mayor gasto en combustible. Aunque la diferencia se va reduciendo, debes saber que los automáticos consumen más por el uso más frecuente del pedal del freno.
- Más potencia de aceleración. La capacidad de ganar velocidad en poco espacio sigue siendo mayor en los vehículos de siempre. Dicho de otro modo, el rendimiento de la caja de cambios es inferior en los modelos automáticos.
- Ahorro económico. Los coches con cambio manual son, a día de hoy, más baratos. El precio de compra es inferior —aunque cada vez menos— y también cuestan menos las visitas al taller, las reparaciones y el mantenimiento.
- Freno motor. En reducciones y bajadas prolongadas, la práctica de frenar con el motor, reduciendo marchas, es bastante útil y pocos motores automáticos lo permiten. Sin embargo, los manuales sí que te proporcionan esta posibilidad cuando conduces.
- Suavidad al maniobrar. Esta es otra de las diferencias que cada vez se acorta más. En la actualidad, las maniobras siguen siendo más suaves en el manejo manual. ¿Cuándo lo notarás? Mayormente, al aparcar, hasta que te acostumbres al nuevo tacto del pedal del acelerador.
¿Qué opción te conviene?
El cambio automático y el manual conviven en la actualidad y, por ello, te permiten decidir con cuál te quedas. Lo cierto es que el futuro terminará consolidando la innovación tecnológica, pero no se sabe cuándo. De hecho, se siguen impulsando avances y mejoras técnicas en los cambios manuales.
Esta elección, en gran parte, es una cuestión bastante personal. Si eres un conductor veterano, con años de experiencia a tus espaldas, el miedo al cambio puede condicionar tu elección. En este sentido, no debes temerlo. Te acostumbrarás antes de lo que imaginas.
En función del uso que vas a darle, tus necesidades, tu estilo de conducción y tus preferencias personales, debes escoger el tipo de coche. Llegará un momento en el que no podrás hacerlo. Hasta entonces, tú decides.
Y recuerda: si quieres vender un coche usado porque has decidido apostar (o no) por un modelo con otro tipo de cambio, no lo dudes y contacta con nosotros. ¡Te lo tasaremos y compramos en cualquier estado!